Abreu, quien aguardaba un transplante de médula y cuya internación generó polémica en la opinión pública semana atrás, finalmente falleció esta tarde en una de salas de internación del IPS.
Emilio Abreu, antes de ser pastor evangélico, fue un nadador olímpico que en su momento rompió todos los records.
Debido a este gran talento e increíble capacidad deportiva en la natación, el gobierno nacional, décadas atrás, le había otorgado una beca para viajar a Estados Unidos, y fue durante su permanencia en el gran país del norte que había despertado en él su vocación de pastor.
A su regreso al país fundó y fue cabeza del Centro Familiar de Adoración, una de las iglesias evangélicas con mayores adeptos y seguidores en Paraguay.
Milciades López Vallejos