Es muy difícil
comparar los viajes, a diferencia de las cosas
Con los bienes
materiales te cansas de las cosas rápidamente, mientras que con los viajes,
siempre se enriquecen sus experiencias y abren tu mente.
El gran ejemplo es
cuando se adquiere un automóvil. Investigas y comparas en miles de
marcas el modelo perfecto para ti. Al principio, te emocionas, deseas
mostrarlo al mundo y deseas utilizar todas las características. Unos meses
después esa euforia se va desvaneciendo. En seis meses es tan sólo un medio de
transporte. Durante un año, posiblemente ya quieras cambiarlo por un
modelo más nuevo o porque su vecino se compró un motor más potente.
Un viaje es diferente.
Ninguno es igual a otro, e incluso si has estado de vacaciones en el Algarve y
su colega en los Estados Unidos, el hecho de que su viaje cueste más no quiere
decir que te quedes menos feliz o que no vayas a pasarlo bien.
Viajar aproxima más a
las personas y a las parejas, las cosas no siempre
Se puede viajar solo,
y sabras relacionarte con muchas personas. Puedes hacer un viaje con tu pareja,
después de un momento de crisis, y el escape de la rutina puede borrar las
peleas y acercarte a la pareja. Un viaje familiar o un pariente puede ser
inolvidable y fantástico, con recuerdos para el resto de la vida.
La adquisición de las
cosas no siempre acercan a la gente. E incluso cuando están cerca, no
estarás seguro si es por ti o por el objeto que las personas estén cerca de ti.
Viajar abre la mente y
cambia su concepción del mundo
Si trabajas desde hace 10 años en la misma empresa, piensas de la misma manera y no consigues ampliar tus horizontes? ¿Qué tal hacer un viaje? Te pondrás en contacto con nuevas y diferentes culturas y lenguajes, experiencias de vida, lugares que jamás habrías conocido en tu rutina estresante.
La experiencia de un
viaje es para siempre, la compra de un bien se vuelve obsoleto
Es posible que haya
ido a Disney con sus padres con 12 años, y recordará el viaje con una gran
riqueza de detalles y alegría cada vez que se toque el tema. Sin embargo
comprar cualquier objeto, por bueno o caro que sea, no te va a despertar tales
experiencias.
Dos estudios
demuestran esto. Un programa para hablar sobre las experiencias te hace más
feliz que hablar de las posesiones materiales. Otro estudio muestra que
preferimos oír a la gente hablar de experiencias que han tenido en lugar de
objetos o cosas que han adquirido.
5. Aprender a cultivar
el desapego de lo que no es necesario en tu vida
Si estás pasando por
momentos difíciles, o si deseas salir de la rutina, un viaje puede ser un gran
remedio. En las mismas situaciones, realizar una compra en los centros
comerciales sólo va a dejarte frustrado en momentos posteriores, y mucho más
pobre.
Los viajes ayudan a
librarte de la rutina, las adicciones y las relaciones acomodadas. Además, se
aprende a desprenderte de las cosas y a convivir con lo necesario.
Todas estas
experiencias forman tu identidad de manera que después de viajar ya no serás la
misma persona.
Por Despierta